
UNA HISTORIA DE SERVICIO E INNOVACIÓN
Somos una empresa especializada en asesoría, administración, investigación, soporte técnico y gestión de proyectos frutales. Nuestras oficinas centrales se encuentran en Curicó, VII región y trabajamos con productores desde la VI a la VIII región.
Nuestra historia comienza hace más de 30 años cuando Christian Abud, Ingeniero Agrónomo de la U. de Chile, en su búsqueda permanente de excelencia e innovación en la industria frutícola, inicia su propio proyecto luego de trabajar en el programa de Kiwi, Carozos y Uva de Mesa para Dole Chile.
Así nace en 1991 Agrícola Montefrutal con 8 ha plantadas de kiwi y peras en Curicó. Junto con el trabajo Agrícola, Christian Abud brinda asesorías a productores frutícolas y vitivinícolas, transfiriendo el conocimiento adquirido, principalmente, a productores de Kiwi y Cerezos. En ese mismo año, en el ámbito de la RSE y gracias a la visión y empuje de su mujer Silvia Sittler, ayuda a formar la Corporación Naim Curicó, entidad dedicada a acoger, educar y proteger a los niños en situación de riesgo, que en la actualidad atiende a más de 300 niños y jóvenes vulnerables.
Posteriormente, forma Prokiwi, grupo de productores que a través de la asociatividad logran potenciarse y mejorar su poder de negociación. Como consecuencia de la experiencia y buenos resultados, se extiende este formato a otras especies como cerezas, ciruelas y pomáceas naciendo Profruta, que en la actualidad maneja un volumen de 1,8 millones de cajas, con un sello y mirada comercial de mediano y largo plazo.
Actualmente, la compañía entrega un servicio único, integral y efectivo, generándose una profunda retroalimentación de manejos técnicos, administración predial, gestión comercial y finalmente innovación.
NUESTRO EQUIPO
NUESTRA MISIÓN
Trabajar en equipo con alegría, optimismo, constancia y profesionalismo, siempre innovando, para descubrir en el menor tiempo posible, el funcionamiento óptimo de la planta y la máxima rentabilidad, acorde a cada huerto frutal.
NUESTRA VISIÓN
Formar una verdadera Comunidad Frutícola, en la que cada integrante se sienta escuchado, respetado y valorado, de manera que florezca y de abundantes frutos.